Raquel llora por sus hijos Yosef y Benjamín
En el análisis que venimos haciendo del capítulo 48 de Bereshit (Génesis), hemos visto ya en una primera parte, que corresponde a los versos 1 a 5, la adopción que Jacob hizo de los hijos de Yosef. Establecimos que su objetivo era, conforme a la Torá, cimentar las pertenencia de estos niños a la nación “kadosh”1, dada su maternidad extranjera, habida cuenta que la madre, por razones naturales y también prácticas, influye más en la crianza de los hijos que el padre, no obstante que éste tiene la responsabilidad de guiar esa crianza.
En el presente estudio, veremos la relación profética que hay en la adopción y posterior bendición que Jacob hace de los hijos de Yosef, conforme lo registra este capítulo 48 de Bereshit.
Esta relación se establece en que él fundamenta la adopción, en lo que le sucedió en los días en que su amada esposa Raquel falleciera al dar a luz al menor de los doce, Benjamín.
Veremos de qué manera esa relación apunta, desde la adopción, hacia los días de la dispersión, pasando por la matanza de los niños por parte del rey Herodes, llamado “el grande”, hasta los tiempos finales de la restauración del Pueblo del Eterno a la tierra que se prometió a los Padres.
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